Bueno, bueno, bueno, no, aún no he perdido del todo la cabeza, ni he dejado de ser obesa, ni vuelvo con la fatorexia a tope creyéndome una sílfide. No. Sin embargo, resulta que con un poco de pérdida de peso (7 kilos hasta el momento) y un mucho de centímetros a la redonda (por aquello de que es más importante perder volumen que peso) definitivamente no voy a llegar a las rebajas de enero, pero no sólo porque me bailen muchas prendas de ropa básica, sino porque estoy necesitando hacer inversiones que ni me había imaginado. Voy a entrar en materia rapidito para que me entendáis. Ropa ¿y ropa interior?…